Antes de
comenzar esta entrada, quiero contarles una historia.
Hace no
mucho tiempo, mientras me encontraba en la escuela en clase de Novela I, una
compañera llegó con un adelanto de su historia y decidió leérsela a todos en la
clase. Era el inició de una novela con tintes de horror que emocionó a varios
de los presentes (yo incluida).
Comenzaba
con una pareja que iba por carretera y se encontraba con un camino solitario
que, según el letrero que lo marcaba, daba a un lago donde podían pescarse
truchas. Para no hacer muy largo el asunto, la pareja llega al sitio y sí, hay
lago pero también se toparon con algo horrible viviendo en los alrededores y
que, para su mala fortuna, los termina desapareciendo de la faz de la tierra.
Recuerdo que
le pedimos que, cuando terminara otro capítulo, lo llevara a leer de nuevo a la
clase. Lo cual hizo.
Todos
teníamos dudas de la pareja, ¿Qué había pasado con ellos? ¿Se había salvado
alguno? Con esa última pregunta estábamos seguros de que si, sino, ¿Cómo seguiría
la trama?
![]() |
| Así
me imagino a una de las chicas de la historia. Toda linda con su vestido y rodeada por las sombras |
Ninguno
esperaba que la compañera cambiara a los protagonistas, no por completo; por
ello, cuando llegó con el segundo capítulo, todos nos llevamos una chapuza a lo
grande.
Ni ella ni
el aparecían. Era como si los hubiera borrado por completo de la trama. En su lugar
se encontraba un grupo de adolescentes con sus típicos problemas amorosos, de
escuela, con sus padres, en fin. Una historia de no ficción para jóvenes.
Por
supuesto, nuestra primera reacción a ello fue un, ¡¿Qué?! . Ni siquiera la
maestra comprendía porque el cambio de personajes y situaciones, pero cuando la
compañera terminó de hablar nos explicó lo siguiente.
Primero:
ella tenía la idea de hacer una historia de corte juvenil y paranormal desde
el principio. Ese plan nunca cambio en ella, y aun y con las quejas que recibió
por parte de algunos compañeros, no lo iba a hacer.
Segundo: el
primer capítulo era una introducción. Nunca planeó que la pareja o alguno de
ellos sobreviviera a su monstruo.
Tercero:
leyó de nuevo el segundo capítulo, y fue en ese punto que me di cuenta de las
referencias a lo visto en el primero. Una de las chicas del grupo era prima de
la muchacha que desapareció, además de que dos de los personajes habían
escuchado una especie de leyenda urbana, sobre el lago que se encontraba a las
afueras de un poblado cercano.
¿Adivinen a
que sitio se refieren? Así es, el lago del principio.
Los lazos
con el primer capítulo estaban ahí, pero como todos nos sacamos de onda por el
asunto del cambio de género en la historia, no supimos verlo.
Por
supuesto, cuando algunos compañeros medio puristas del asunto se enteraron
(puristas mi ab… Unos payasos completos), comenzaron a molestar a
la compañera por, según ellos, “un problema que no podían pasar por alto”.
“¿Cómo se le ocurre mezclar el horror con juvenil?” Esa
pregunta la hizo una de las chicas con las que antes me juntaba, y lo cierto es
que aun y con los años que han pasado, todavía la tengo muy fresca en mi mente.
Nunca lo
entendí. ¿Qué tenía de malo mezclar el horror con una historia juvenil?
Nada. O por lo menos
yo nunca lo he visto como algo malo.
Quienes
siguen mi PodCast sabrán que disfrutó de las historias multigénero, así que para
alguien a quien se le hace normal todo aquello, es lógico que no lo vea como
algo malo.
Vamos, hasta
hay ejemplos en la literatura clásica que combinan el terror o el horror con
otro subgénero. ¿No me creen? Lean a
Edgar Allan Poe. Él se la vivía mezclando situaciones de amor, desamor,
historias de vida y demás, con ambas vertientes del miedo y, ¿qué creen? Le fue muy bien.
Así que, mi
consejo para esta entrada es lo siguiente: si son de los que les gusta escribir
terror u horror con algo más, háganlo. Es su tiempo, su tinta y su gusto; y si
lo hacen bien, alguien más lo leera.
Recuerden,
¡libertad narrativa para todos!
No somos
iguales y llegó el momento de escribir de lo que quieran, no lo que a los demás
les plazca.
Y antes de
irme, ya saben. Preguntas on.
¿Han
intentado mezclar el terror con otro subgénero? ¿Cómo les fue? ¿Pueden
recomendar algún otro autor u obra que lo haga?
Acuérdense
que si les gustó la entrada, son bienvenidos a compartirla por Fabebook, Twitter y demás redes que quieran o, si lo prefieren, pueden dejarme un comentario en la caja de aquí abajo.
Nos leemos
después.
Club, se cierra la sesión.









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